Pánico en la oscuridad
Hace tiempo que no le tenía miedo a la oscuridad. En realidad no logro recordar si alguna vez le tuve miedo. Creía que estas cosas son sólo les pasaba a los niños pero desde el otro día mi punto de vista a cambiado...
Todo empezó hace unas noches. Como siempre pasé un buen rato a la luz de una vela, pensado y reflexionando en lo que el mundo me da y me quita, cuando de repente la vela se apagó. Una ráfaga de aire inundó la habitación.Puertas y ventanas estaban cerradas pero esto no impidió que entrara el aire, que traía con él algo extraño. En unos segundos la habitación se quedó a oscuras y pude notar la presencia de lo que había traído aquella extraña cortina de aire. No me habló, no me tocó, sólo respiraba con una intensidad que hubiera logrado asustar al más valiente. Se notaba su presencia pero, a causa de la oscuridad absoluta que reinaba en la habitación, no lograba ver que es lo que tenía frente a mi. Me quedé paralizado frente aquella situación y en cuanto reaccioné mi instinto me empujó a encender la luz del cuarto pero no funcionaba. No lo dudé ni un instante y fui en busca de la vela para encenderla de nuevo. La presencia me perseguía. Al fin, alcancé la ansiada vela pero, inexplicablemente, las cerillas estaban mojadas. No lograba explicarme que estaba pasando. De repente me quedé paralizado, una fuerza extraña no me dejaba moverme. Aquella presencia se acercaba a mi, cada vez estaba más cerca. Noté su aliento en mi cara y me estremecí al notar su presencia tan próxima a mí. Fueron unos momentos angustiosos. No se como ni porqué de repente las luces se encendieron. Yo estaba en medio de la habitación, paralizado por el pánico o alguna extraña fuerza, aún no lo se. Me acerqué al espejo, no tenía ningún rasguño, sólo una extraña marca en el cuello. Ahora cada vez que se acerca la noche noto como la marca palpita y me aterroriza pensar el origen de la misma.
Desde aquel día no puedo dormir, no me atrevo ni estar a la luz de la vela. Le tengo miedo a la noche. Fuera lo fuera lo que me visitó, no era humano, quizá tampoco era un espíritu, pero se que si vuelvo a apagar la luz aparecerá de entre las sombras y quizá esta vez no salga ileso. No puedo pensar que es lo que me pasaría si ese ser volviera, si esta vez quisiera llevarme. Estos pensamientos inundan mi mente noche tras noche y sólo llego a la conclusión de que ahora se lo que es el pánico a la oscuridad.
2 comentarios:
Mooola!!
Pos si...
Me ha gustado
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