A mi creadora
Capitulo IV
Habíamos alquilado una pequeña cabaña perdida en un frondoso bosque a las afueras de Helsinki. Un lugar no muy alejado de la población pero lo suficientemente lejos para tener intimidad. Al llegar a la ciudad nos hablaron de una extraña criatura que habitaba en los bosques de Finlandia. Al parecer eran seres que con la luz de la luna se transformaban y arrasaban con todo aquel que se le pusiera por delante. Yo no sabía de que se trataba pero al parecer Katja sabía muy bien de que hablaban aquellas gentes. No quisimos indagar sobre el tema, pues supusimos que era mejor pasar desapercibidos entre aquellas gentes que podían dar caza a cualquier ser que no fuera de su especie. Alquilamos un vehículo y fuimos rumbo a la cabaña, no sin antes haber comido algo claro. Al llegar a la cabaña me quedé impresionado al ver aquella maravillosa casa de madera que parecía de un cuento. Entramos y lo primero que vimos fue un enorme salón con chimenea para encender un agradable fuego. Subimos a las habitaciones y dejamos todos nuestros bártulos allí, luego bajamos y nos decidimos a encender el fuego, pues fuera estaba todo nevado y hacía frío. Pasamos toda la noche hablando y amándonos hasta casi llegada el alba.
A la noche siguiente fue un ruido en el exterior de la casa lo que llamo mi atención. Al ver que la noche ya caía sobre aquel frondoso bosque decidí despertar a mis dos acompañantes. Les expliqué mi despertar y Julien no le dio importancia, pues creía que habían podido ser los árboles que al chocar contra la casa de madera hubieran podido provocar el ruido que me había despertado. Katja no pensó lo mismo porque aunque quiso apoyar la teoría de Julien sus ojos revelaban lo contrario. Le pedí por favor que me explicara que pasaba y porque no creía en lo que había supuesto Julien. Supuse que tenía algo que ver con las criaturas de las que habíamos oído hablar en la ciudad así que le exigí que me explicara lo que sabía. Katja no pudo negarse y nos explico a Julien y a mi la siguiente historia:
Hace siglos en estas tierras habitaban unas extrañas criaturas. En principio eran humanos o al menos habían nacido como tal. La primera de estas criaturas era de descendencia humana pero en una expedición a un extraño bosque fue mordida por un lobo. El lobo le había causado un gran daño y el hombre no pudo valerse por si solo para volver a casa así que tuvo que esperar a ser rescatado. Semanas más tarde fue hallado por unos leñadores que pasaban por allí y llevado al pueblo de estos. El hombre herido tenía fiebres y sudores fríos que no conseguían calmar. Una noche de luna llena al ir a darle la cena en el cuarto donde se encontraba el herido pudieron comprobar que éste había desaparecido. Al seguir sus huellas vieron que no eran huellas humanas sino las huellas de un lobo. Las personas del pueblo supusieron que de alguna manera, que no llegaban a comprender un lobo había entrado en la habitación y se había llevado al enfermo. Momentos mas tarde pudieron ver la silueta de una criatura peluda y enorme llevarse a una de las mujeres del pueblo y descuartizarla en las afueras. A partir de aquellos momentos aquellos hechos de matanza y sangre se repetían todas las noches de luna llena. Dicen aquellos que han sobrevivido a sus ataques que son enormes, que son una mezcla entre humano y lobo y cuentan las leyendas que es en noche de luna llena cuando estas criaturas de apariencia humana mutan en esos seres llamado hombres-lobo.
Parecía ser que esos seres se creían exterminados hacía años pero por lo visto las personas de la zona creían que habían vuelto.
Julien al oír la historia se hecho a reír y dijo que eso eran únicamente leyendas pero Katja no lo creía así. Yo, sinceramente, no sabía que creer. Mantuvimos una acalorada charla sobre el tema hasta que al fin Julien dijo que no quería seguir discutiendo y que se iba a buscar leña para encender el fuego. Katja y yo le pedimos que no lo hiciera pero no nos escuchó. Aquella noche Julien no volvió. Nos pasamos noches enteras buscando a aquel muchacho de tez pálida y talante sensual que hacía años me había robado el corazón, pero nunca le encontramos.
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