Sueños de niñez
Anoche dormí entre colchones de algodón. Me refugiaba en los sueños que de pequeña me ayudaban comprender todo aquello que me rodeaba. Ha transcurrido mucho tiempo desde aquellos años, pero aún noto, como si fuera hoy, el frescor de aquellos sueños. "No crezcas nunca" te decían algunos. Pero de pequeños siempre soñamos en hacernos mayores. Pensamos que crecer es ganar en lujos y derechos, pero olvidamos o, mejor dicho, no sabemos que esos derechos comportan unos deberes que a veces son difíciles de asumir. Ahora, echando la vista atrás a aquellos sueños, deseamos volver a ellos. Volver a soñar con la única preocupación de las tablas de multiplicar, de que te dejen jugar en el recreo, de que te cambien aquellos cromos que tienes repetidos...
Soñar es no crecer, es saber que todo tiene un porqué, que todo tiene una solución. Debemos seguir soñando, volver a dormir en colchones de algodón sin perder jamás el contacto con el suelo. Dejarse llevar por aquellos sueños que una vez nos elevaron, dejarse acariciar por aquellas nubes de azúcar que se deshacían en la boca. Un parque de atracciones, una vuelta en bicicleta por el parque, una visita a la tienda de golosinas.
Que bonito es soñar, que bonito recordar la infancia. Aún duermo con aquel osito de peluche. Me ayuda a recordar la niña que jamás morirá en mí.